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jueves, 22 de marzo de 2012

NACIONALISMO, CAMBIOS Y APERTURA EN CUBA


Asdrúbal Caner Camejo
Ottawa, Canadá.
Economista, Ex Profesor Universitario.

He leído con detenimiento el artículoCUBA ESPERA A BENEDICTO XVI. El papel de la Iglesia en el proceso de apertura de la isla” de Arturo López Levy y Lenier González, aparecido en FP en Español en su versión digital. Mi trabajo está dirigido a replicar al señor López Levy.

Como siempre, aquí está el señor López Levy, con sus conceptos manipuladores y mentirosos acerca de la situación en Cuba y la visita papal.

Voy a comenzar mi análisis con uno de sus últimos conceptos, que de manera repetitiva y engañosa, se pueden encontrar en casi todos sus artículos. 

Dice Levy “En concordancia con su doctrina social, la Iglesia cubana es un nodo articulador entre sectores cubanos nacionalistas…  La normalización de espacios de pensamiento de la Iglesia Católica, para expresar un nacionalismo responsable, de oposición leal o apoyo condicionado, favorece la expansión gradual del pluralismo ya existente.”

Quien lea los artículos de este señor – aparecido en el exilio desde la nada – se percatará que, la estrategia de Levy es presentar al gobierno cubano como un gobierno “nacionalista y antiplattista” y aquí ahora, incluye a la iglesia con su “oposición leal”. Yo diría extremadamente leal.

Pero… ¿cómo se puede presentar a la infinita dictadura castrista como un gobierno nacionalista, cuando ha sido ese gobierno el único en la historia republicana de nuestro país, que ha incluido en su Constitución - ¡nada menos que en la Constitución del país! - una clausula de subordinación a la ex Unión Soviética, que llevó hasta sus últimas consecuencias y, entregó nuestra patria, a las decisiones de una potencia extranjera, de la cual dependía casi en su totalidad?

Esa estrategia trata de camuflar el enfrentamiento entre Cuba y los Estados Unidos, como una lucha por la defensa de nuestra soberanía e integridad territorial, ante “el imperialismo Yankee” y, no como un conflicto entre estos dos países por el robo de las propiedades de los americanos, por los hermanos Castro, que se constituyeron, desde agosto de 1960, en los dueños de todas las propiedades del país y, como tal han actuado durante más de medio siglo: ellos convirtieron nuestra isla, en una finca particular, dirigida por Fidel y Raúl Castro, a su antojo y sujeta a sus emociones, hasta llevarla a su destrucción total.

¿Pero… ¿cómo se puede hablar de nacionalismo, cuando, desaparecida la URSS y su campo de satélites, se entregó de pies y manos, al golpista de Barinas y, en la práctica, entre ellos, los dueños absolutos, han creado la República de Cubazuela?

¿Cómo este señor, aparecido como por arte de magia - ¿la magia de un David multimillonario? - entre nosotros, y presentado como un “profesor e intelectual”, puede decir que la familia Castro lucha por nacionalismo, por la defensa de la nación cubana, cuando los hechos están a la vista de todos? 

¿Se ha preguntado este “intelectual” dónde están las riquezas de nuestro país, con una economía en los años 50, que ocupaba el lugar número 31 entre las economías del mundo? ¿Será destruyendo a un país como se defiende su soberanía y su integridad territorial? Hoy por hoy, la nación cubana prácticamente no existe y, su total vulnerabilidad hará que, en el futuro, tengamos que seguir dependiendo de una potencia extranjera.

Es decir, señor Levy, Cuba está de rodillas ante EE.UU. o cualquier otro país rico y desarrollado, como nunca antes en su historia republicana… ¿De qué nacionalismo usted habla? 

Usted dice, además, de “un país en transformación”, por “reformas económicas impulsadas por el gobierno de Raúl Castro” y de “cambios sociales que la isla y sus diásporas han vivido en la última década”… ¿cuáles reformas económicas, si el propio Raúl habla de “actualización” del “modelo” y toda la propiedad sigue en las manos de esa maldita familia?...¿ Es acaso la autorización al montaje de timbiriches, una reforma económica, cuando se han autorizado unos 172 oficios del medioevo?... ¿Se puede alcanzar una economía desarrollada, como la de Singapur, Malasia, Corea del Sur asentada en timbiriches? ¿De qué cambios sociales en la diáspora usted habla, cuando toda la estructura de la maldad y el odio del Fidel Castro, aun sigue en pie y, los Castro sólo pretenden robarse todo el dinero posible de un nostálgico exilio y, de una emigración económica de los últimos años, sin principios, valor o decencia, que va a Cuba dos o tres veces al año, a pesar de ser tratados en los aeropuertos de la isla, como apestados mercenarios?

¿”Una isla en transición”?...¿Dónde está esa transición: la propiedad del país sigue en manos de Fidel Castro; el gobierno sigue en manos de una familia; el Partido Comunista mantiene un poder no compartido con nadie; no hay otros partidos; todo el sistema de leyes represivas y violatorias de la condición humana sigue en pie; no hay Internet o libre información para nadie; los aparatos armados se subordinan a los Castro y no al pueblo soberano, porque este no existe; toda la superestructura del poder se mantiene en las manos de los dueños de la finca-manicomio-purgatorio?

A pesar de estas evidentes verdades, usted se empeña en la manipulación de la Inteligencia castrista, de presentar a un país y una iglesia que… “contribuye a crear un ambiente internacional favorable a los proyectos de apertura y reforma aun sin abandonar el régimen unipartidista, y refuerza la imagen de un país en transición frente a la cual se elevan los costos de la rígida posición estadounidense de aislamiento contra Cuba.”

¿Rígida posición estadounidense? ¿Con toda la apertura del gobierno de Obama y, sin respuesta por parte de la dictadura… ¿Qué más usted quiere, que sin verdaderos cambios económicos y políticos, sin las libertades y derechos del pueblo y, bajo una creciente represión terrorista, los Estados Unidos eliminen todas las medidas de castigo contra una dictadura asesina que ya dura más de medio siglo?

Usted dice que la Iglesia tiene una posición… “Diferente a la oposición política radical que, a través de actos dramáticos (como las recientes ocupaciones de parroquias por el casi desconocido Partido Republicano de Cuba, apoyadas desde Washington por el cabildero cubano-americano de derechas Mauricio Claver-Carone para “aguarle la fiesta al Cardenal Ortega”)

¿Una Oposición Política radical? Creo que usted no conoce o miente a sabiendas, sobre lo que es una Oposición Política radical. Oposición política radical es una oposición armada, que es capaz de asaltar un cuartel y matar a decenas de soldados; oposición radical es aquella que se pasa a la clandestinidad y pone bombas en las ciudades, matando y haciendo el mayor daño posible; oposición radical es la que, por sus acciones armadas y terroristas, crea un estado de verdadera guerra civil en un país. Oposición radical fue el M-26-7 de F. Castro, Hamas en Gaza, Hezbollah en Beirut, Al Qaeda y las guerrillas de A. Latina impulsadas por F. Castro y Che Guevara. 

¿Cuándo la Oposición en Cuba ha realizado un atentado o ha matado a algunos de sus verdugos, esos que los apalean, los someten a torturas y golpizas y, se comportan con la arrogante impunidad de su Máximo Líder?

La Oposición de Cuba se define en sus palabras y sus acciones, como una Oposición Pacífica, que se deja matar por los verdugos de una familia de locos y asesinos. Esa es la rotunda verdad.

Desde luego, en todos sus escritos, la artillería de todos sus insultos – tal como sus padres ideológicos de La Mafia de La Habana – va contra los opositores pacíficos, contra el exilio cubano, sobre todo el de Miami, a quienes usted ha llamado en numerosas ocasiones, plattista y contra los Estados Unidos. Nunca va contra los que oprimen y hunden en oprobios a nuestro pueblo. Con ellos, con la más salvaje dictadura de América Latina en toda su historia, usted adopta una oposición intelectualizada “light”. Dice algunas pequeñas cosillas, pero no pasa de ahí: Usted no quiere pasar la línea negra, que lo pondría al otro lado del espectro. Y yo sé que sus jefes le han dicho lo que tiene que escribir.

Habla de radicalismo, por la toma de dos o tres iglesias, cuando esas acciones se repiten en el mundo, sobre todo buscando apoyo de los sacerdotes, contra sus opresores. Jamás en esas iglesias los sacerdotes les han expulsado; jamás le han negado los alimentos y jamás, jamás, un cardenal ha llamado a sus verdugos para que los saquen de esos recintos.

En Cuba, la oposición y los sectores conscientes de la juventud y del pueblo, no sólo deben tomar las iglesias: ¡Deben tomar las iglesias, las escuelas, las Universidades, los centros de trabajo, para expresar ¡Basta ya de dictadura!! Y deben recibir el apoyo de sacerdotes, obispos y cardenales, porque sino mañana, esa iglesia se quedará sin parroquianos. La Oposición no necesita de “cajas de resonancia” porque el mundo sabe lo que pasa en nuestra isla, a pesar de no hacer nada al respecto. Y no lo hará, hasta que ese pueblo no vaya a la toma de todos los recintos del país, que le pertenecen por derecho propio y muestre su total rechazo al régimen castrista.

Yo y miles como yo, les apoyaremos.

Usted se equivoca radicalmente cuando dice que…  “En el proceso de liberalización política que vive Cuba, las lógicas centrales de apertura son sociales no políticas ni partidistas. Aunque los opositores son parte indudable de la sociedad civil, no son por su número ni por su alcance nacional o prestigio los actores más relevantes, especialmente si se les compara con las congregaciones religiosas.”

Las primeras aperturas tienen que ser políticas, porque sin apertura política no puede haber unas creíbles aperturas económicas y sociales. Desmontar todo el aparato estatal y legal de represión y terror, será la condición sine qua non para abrir las puertas de la libertad individual, económica y social de todo nuestro pueblo, tal y como está ocurriendo actualmente en Burma y, tarde o temprano ocurrirá en Corea del Norte. Y no serán las congregaciones religiosas las que lleven a cabo esas transformaciones trascendentales, sino una Oposición pacífica unificada, con un programa de acción que también unifique a nuestra sociedad.

Ese será el real nodo articulador de la libertad de nuestra isla y su sufrida y hambrienta sociedad.
Y no se equivoque más, señor Levy: el pueblo de Cuba y su exilio, aman tan profundamente a nuestra isla, que es en ellos donde se fundamenta nuestro nacionalismo y, donde radica la soberanía, no importa donde vivan, y no en una camarilla de asesinos y terroristas, que se han adueñado de nuestro país por medios extremadamente violentos.

Tengo otras cosas que decir sobre su “moldeada ideología”  y, quizá lo haga en próximas entregas.

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